La Quimera / Cumple los requisitos el gobierno populista de la 4T para calificarlo como un Estado fallido

Política Electora

El país, sin lugar a dudas, vive uno de los momentos más aciagos de su historia democrática. El Estado representado desafortunadamente por el gobierno de la llamada cuarta transformación, que encabeza el mandatario de las mañaneras,  por su incompetencia, populismo, autoritarismo, nepotismo y corrupción, cumple los requisitos para calificarlo como un Estado fallido.

Los hechos hablan por sí mismos. Hay zonas que controla el crimen organizado, donde secuestran y extorsión impunemente a las y los ciudadanos y prevalece la inseguridad y la violencia. Derivado de la situación en la frontera con Estados Unidos, hay peligros reales para nuestra soberanía, ya que este país ha amenazado con intervenciones armadas y, bajo cualquier pretexto real o hechizo puede realizarlas.

Aunado a ello, desde el inicio de la administración del invasor de Palacio Nacional, la economía ha perdido su capacidad de crecer, actualmente se mantiene en el estancamiento estabilizador y dentro de una subordinación con la economía norteamericana, de cuya recuperación depende casi totalmente.

El panorama es desalentador e incierto; ya que de manera genera, el país está a la deriva, pues el llamado gobierno de la cuarta transformación no cuenta con liderazgo y está carente de visión para enderezar el rumbo; no ha articulado un proyecto nacional de mediano y largo plazo. La actual coyuntura y la sucesión presidencial anticipada, dominan la agenda nacional.

Ahora bien, está es una agenda populista y autoritaria, ya en otras entregas, amigo lector, hemos visto que el mandatario de las mañaneras, es populista porque el término populista, en su sentido relevante, se refiere a quien basa su proyecto a explotar la polarización; es decir, a quien empuja una concepción de la población como dividida en dos grupos: el pueblo bueno y los conservadores o neoliberales corruptos; estrategia que caracterizan a los populistas.

Un claro ejemplo del populismo: ¿Quieres que regresen los corruptos? Ya sabes por quién vas a votar. ¿Quieres que siga la transformación? También ya sabes. ¿Quieres que siga el clasismo, que te sigan humillando? Ya sabes por quién vas a votar. ¿Quieres que siga el racismo? Ya sabes por quién vas a votar. ¿Quieres que continúe la discriminación? Ya sabes por quién vas a votar. “¿Quieres que se sigan entregando los bienes de la nación a particulares y extranjeros? Ya sabes por quién tienes que votar”.

Estos llamados de odio y a la incitación electoral, expresados por el invasor de Palacio Nacional, han despertado una intensa discusión, y no es para menos; pues sus dichos de desesperación y rencor constituyen un llamado indirecto, aunque no por eso menos obvio, a votar por su partido guinda.

En sus palabras autoritarias se plantea que la revolución de las conciencias consiste en un cambio de mentalidad que va más allá de cualquier transformación física. Esto muestra que para un mandatario populista o un partido sumiso es muy cómodo y conveniente hacer campaña montados en una transformación que, por definición, no es evaluable en términos de las acciones concretas de su gobierno.

En realidad, el mandatario de las mañaneras pretende capitalizar el resentimiento de individuos que durante décadas han sido oprimidos, excluidos o ninguneados; personas que claramente se benefician de notar las aberraciones que les oprimen y que tienen todo el derecho de sentir un enojo profundo hacia quienes las preservan conscientemente, o hacia quienes prefieren disfrutar sus beneficios sin darse por enterados de éstas.

Y como en los gobiernos neoliberales o conservadores, el problema central detrás de esta estrategia consistente en apelar intencionalmente al clasismo, al racismo y a la humillación, ya que en la realidad el gobierno de la llamada 4T ha hecho muy poco para materializar una transformación que modifique las estructuras que perpetúan estos elementos.

A decir de una mayoría de politólogos y especialistas en materia electoral, es muy posible que el inquilino de Palacio Nacional y su partido guinda ganen la elección Presidencial de 2024, con un discurso de odio y resentimiento que influye en las conciencias de la población;  pero difícilmente les alcanzará para más, pues afortunadamente millones de personas ya están despiertas. 

Aunado a ello, la preocupación en el mandatario de las mañaneras,  a pesar de que las encuestas perfilan una ventaja en las preferencias al partido guinda, es la unidad y orden en el proceso interno mediante el cual se elegirá a su posible sucesor o sucesora y que saldrá de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal.

Nadie en su sano juicio puede negar que, en los últimos meses, la batalla interna entre morenistas se ha intensificado. Una infinidad de encuestas a modo, pleitos por las bardas y espectaculares, solicitudes de renuncia, planteamientos de debates y pelea por gobernadores, son algunos de los episodios en los que se han visto envueltos la y los aspirantes.

Ahora bien, conservar la unidad o al menos evitar rupturas es una de las grandes prioridades del dueño del partido guinda para poder ganar la elección de 2024. Va a ser difícil evitar que haya ciertos descontentos, que haya tensiones internas, una que otra ruptura, pero la prioridad principal es mantener a las corcholatas dentro de la coalición gobernante.

Ya que si algunas de las corcholatas dejara el partido, el movimiento enfrentaría una crisis interna, que no sólo le haría perder votos, sino que impactaría en el proyecto político de la llamada cuarta transformación.

Para la o el candidato del partido guinda, según algunos politólogos, será muy difícil repetir la votación de 2018, va a ser una elección de 15 millones, la mitad de lo que el mandatario de las mañaneras tuvo; lo que obliga evitar fracturas, para lograr, como es la instrucción populista desde Palacio Nacional, un mayor margen de acción para el próximo sexenio a partir del Senado y Cámara de Diputados. Como siempre le digo, amigo lector, su opinión es la que cuenta.

En el tintero: Tarde, como es la constante, pero se hizo justicia…Y es que un juez federal dio por concluido el proceso penal que se inició contra cinco científicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) acusados de delincuencia y lavado de dinero…Hay que recordar que desde Palacio Nacional se ordenó autoritariamente a la Fiscalía General de la República (FGR) aprender, en dos ocasiones, a 31 académicos por dichos delitos y que éstos fueran recluidos en Almoloya de Juárez, Estado de México, un penal de alta seguridad, pero afortunadamente, el juez lo negó debido a la falta de argumentos legales para liberar una orden de aprehensión…En la sesión del pasado 11 de mayo, por unanimidad, el segundo tribunal colegiado de apelación con residencia en el Estado de México confirmó la sentencia de Gregorio Salazar, juez de control del Centro de Justicia Penal Federal, quien en septiembre de 2021 negó a FGR una orden de aprehensión contra los investigadores al no existir delitos que perseguir…En dicha sentencia se determinó archivar el caso en favor de los cinco científicos imputados: José Franco, Julia Tagüeña, Gabriela Dutrénit, Teresa de León y Marcial Bonilla, y ha ordenado que el proceso sea cerrado y archivado…El segundo tribunal colegiado confirmó que no existen delitos que perseguir contra los señalados y dio la razón a los cinco investigadores que solicitaron el sobreseimiento de su caso. Hasta la próxima entrega.