Suicidio, una alerta permanente

*** La prevención, luz en el camino

Por Víctor Sánchez

La académica de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina, UNAM, Lucía Ledesma Torres señaló, las tasas de intentos suicidas se han elevado sustancialmente en el último año y medio.

En las últimas décadas ha habido una escalada de muertes por suicidio en niños y adolescentes; la cifra se incrementó de 4.63 a 5.18 por ciento entre 2019 y 2020.
La especialista precisó, se ha documentado que después de una crisis económica o situaciones como la sanitaria actual, aumentan las muertes por suicidio.

En el marco del Día Mundial de Prevención del Suicidio, celebrado el 10 de septiembre, agregó, con el objetivo de concienciar en el ámbito mundial acerca de que puede prevenirse– que la tasa global de fallecimientos por esa causa es de 10.6 por cada 100 mil habitantes (10 mil 600 muertes), siendo más frecuente en hombres con 13.5 que en las mujeres, con 7.7.

También, la jefa Nacional de Salud Mental del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), puntualizó, en América Latina, la tasa de suicidios es de 14.1 (14 mil) por cada 100 mil habitantes.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México en 2019, antes de la pandemia, se contabilizaron 6 mil 710 muertes por lesiones autoinfligidas, lo que representa una tasa de suicidio de 5.4 por cada 100 mil habitantes, con una proporción de ocho hombres y dos mujeres.

ESTAR ATENTOS, SIN SER PESIMISTAS

Mientras tanto, la supervisora académica del Programa Crisis, Emergencias y Atención al Suicidio de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, Carolina Santillán Torres Torija, reiteró, no hay que ser pesimistas, ya que la mayoría de las personas saldrán adelante.

Sin embargo, apuntó, hay que estar alerta con aquellas que pudieran presentar factores de riesgo como la pérdida de empleo o de uno o varios integrantes de la familia, así como un alto nivel de endeudamiento.

Esos factores, manifestó, podrían hacer que este 2021, el contexto pandémico y el cierre del año, en algunos países puede haber una prevalencia de sintomatología depresiva.

POBLACIONES QUE MÁS PREOCUPAN

Más adelante, resaltó, las poblaciones que más preocupan son los estudiantes de secundaria y preparatoria, debido a que están viviendo cambios emocionales y hormonales, teniendo su debut sexual o se inician en el consumo de las sustancias, por vivir situaciones de abuso, acoso, y en algunos casos el rezago o abandono académico.

Torres Torija recalcó: se debe estar vigilante de dichos sectores de la población porque es cuando más se requieren el apoyo social y es cuando menos lo tienen.

Asimismo, mencionó que hay que cambiar la idea de que un intento de suicidio es individual.

Comentó, más bien hay que pensar que la salud mental es la consecuencia asociada de lo que sucede alrededor de la persona, “es un termómetro de la desigualdad, el desempleo, la pobreza, la rigidez, la exploración de su orientación sexual”.

Exhortó a estar pendientes y entablar una conversación, tener un directorio a lado para referirlos a un servicio de salud mental especializado, porque el suicidio es el peor de los desenlaces de todas las enfermedades mentales.

La investigadora detalló que el desconocimiento hace que no se les dé el tratamiento adecuado.

Se les considera de forma diferente únicamente por presentar una situación de salud mental, “no tenemos que dejar pasar cualquier señal de una persona que está pidiendo ayuda de la mejor manera que puede”.

Apuntó, la mayoría de las personas que han muerto por suicidio dieron indicios, pero las personas a su alrededor los dejaron pasar.

ACABAR CON LOS MITOS

La depresión es la primera causa que está asociada al suicidio, “la depresión sí es la falta de motivación y de energía; no obstante, se han visto pruebas que demuestran que hay una baja de serotonina y los neurotransmisores”.

La doctora en Psicología exhortó a alejarse de actitudes que no ayudan a las personas que pasan por este proceso.

En comparación con una asunto de otro órgano que no es el cerebro, por ejemplo, una apendicitis, “en ningún momento se les dice: aguanta, no te operes, si tuvieras fuerza de voluntad se te quitaría ese dolor agudo, lo mismo a alguien que utilice anteojos, no le dices haz ejercicio”.

El cerebro también se enferma a partir de una pérdida o estrés crónico. Hay personas que tenemos herencia a padecerlo, así como se hereda la diabetes, la hipertensión o algunos tipos de cáncer, también pasa lo mismo con la depresión, los trastornos bipolar o límite de la personalidad, explicó.

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