La Quimera / Ni dueño de los símbolos patrios ni de las celebraciones nacionales

 Política Electoral

Daniel Osvaldo Sánchez 

Aunque el totalitarismo y el autoritarismo, según diversos especiales en ciencias políticas, son formas de dictadura, y son sistemas políticos que conceden poder ilimitado a un líder carismático, no son en absoluto sinónimos. La diferencia tiene que ver con el proyecto político que cada una propone, sea del signo ideológico que sea.

El autoritarismo suele implicar la idea de que un orden rígido y marcial es necesario para preservar el estado de las cosas. El dictador o el líder autoritario se enaltece como el ser idóneo para tener el poder absoluto. Quienes se opongan sufrirán las consecuencias, mientras que quienes consientan o no hagan nada podrán seguir en lo suyo, si tienen suerte.

Esto no significa que sea bueno o sea mejor, sino que el autoritarismo es una forma conservadora de gestión del Estado. Por esa razón es más frecuente (pero no exclusivo) hallar regímenes ideológicamente conservadores en dicha posición.

En cambio, el totalitarismo parte de la necesidad de una ingeniería social, o sea, de una reestructuración forzosa y controlada del Estado y de la sociedad, para lo cual el partido único debe copar absolutamente todos los espacios de la vida.

Ante el totalitarismo es difícil no verse afectado, y aunque también suele haber situaciones autoritarias en un régimen de este tipo, usualmente no es el líder la figura que sostiene todo, como en el caso de las autocracias, sino el partido. Por eso no suelen terminarse las dictaduras totalitarias tras la muerte del líder supremo, mientras que las dictaduras tradicionales, sí.

Otra diferencia clara tiene que ver con la necesidad del autoritarismo de investir al líder supremo con los ropajes de la autoridad (legítima o no), nombrándolo presidente, dictador o mesías, como podría ser es el caso del inquilino de Palacio Nacional.

Por el contrario, en el totalitarismo, las estructuras personalistas suelen abolirse en favor de un Concejo o una Asamblea del partido, cuyo secretario general puede ser el líder supremo, o bien este puede ser una suerte de líder espiritual, como lo fue Ho Chi Minh en el Vietnam del Norte durante la Guerra de Vietnam (1955-1975).

En estos espejos se mira el mandatario de la mañaneras que, una vez más, muestra su sed de venganza y odio, al tomar la decisión autoritaria y populista al dejar fuera a los integrantes de los poderes Judicial y Legislativo de las celebraciones del 15 y 16 de septiembre con motivo de las fiestas patrias. “La relación que llevamos con ellos no es buena”.

Envestido como un gobernante totalitarista remarcaría que las cosas han cambiado, “no tenemos buenas relaciones, es público, es notorio, es del dominio público con el Poder Judicial porque se han dedicado a actuar en contra de la transformación”.

Y con la letanía de odio que utilizan los gobiernos populistas y totalitarios, cataría una vez más: “es que ellos están en contra del pueblo y son los representantes de la oligarquía, de la minoría corrupta y rapaz; son los representantes de la delincuencia de cuello blanco”

La respuesta de los juristas y politólogos no se haría esperar: “Ni es dueño de los símbolos patrios ni es dueño de las celebraciones nacionales. El invasor de Palacio Nacional es uno de los poderes de este país, no es todos los poderes ni es la representación de todos los mexicanos”.

Es decir, “El mandatario de las mañaneras sólo representa al Poder Ejecutivo. Por lo que excluir a los poderes Judicial y Legislativo es romper con la armonía del estado mexicano”.

Secundando estos dichos, para el exministro de la Corte, José Ramón Cossío,  “no puede apropiarse de las conmemoraciones patrias pues son un acontecimiento histórico que enaltecen al aparato de gobierno, por lo que la representación de los tres Poderes de la Unión es imprescindible para su correcto diálogo”.

No debemos olvidar que el mandatario de las mañaneras ha tenido una franca confrontación con los ministros de la Corte, tras diversos reveses judiciales a sus populistas y autoritarias reformas en materia energética y de seguridad, además de obras prioritarias. 

Esta confrontación es tal que la discusión ya aterrizo al terreno del presupuesto del Poder Judicial y donde se prevé que sea recortado, pues el jefe del Ejecutivo federal ha acusado el dispendio de recursos en privilegios. 

Amén de su caprichosa intensión de hacer una profunda reforma al Poder Judicial, la cual impulsarán legisladoras y legisladores del partido guinda y sus aliados, para que sea una realidad en el próximo gobierno de la 4T en el 2024. Como siempre le digo, amigo lector, su opinión es la que cuenta.

En el tintero:  Valdría la pena recordar que en México, alrededor de cuatro de cada 10 mujeres trabajan y, entre ellas, se encuentran la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum y la senadora Xóchitl Gálvez, quienes aspiran a gobernar el país en 2024…Y pese a que sus ingresos, por su último cargo público, superan el millón de pesos al año, aseguran que no tienen casas, departamentos o algún bien inmueble; pues en sus declaraciones patrimoniales aparece la leyenda “ninguno”…Además de que, una y otra vez, las ahora candidatas presidenciales de Morena y del Frente Amplio por México, se declaran en favor de la transparencia y rendición de cuentas, en la cruda realidad nos hemos encontrado que no tiene abierta su información…Es decir, la ofrecen dizque completa o declaran tener muy pocos bienes, no obstante la larga trayectoria que tienen y los varios cargos públicos que han ocupado a lo largo de su vida….Y es que para diversos expertos y analistas en materia de transparencia las declaraciones son un mecanismo de transparencia y sirven para detectar algún acto de corrupción…De ahí, la exigencia y la importancia de las mentadas declaraciones, pues ellas permiten identificar la evolución del patrimonio de cualquier persona servidora pública… Así como de sus contactos e intereses, y seguir a dónde se van una vez que concluyen su cargo, a qué empresa, organización o institución académica…Y también permite mapear si hay algún riesgo, algún conflicto de intereses o irregularidad, ya sea al inicio del cargo, a la mitad o en el transcurso; o bien saber si la evolución del patrimonio de los servidores públicos puede levantar sospecha…Por lo que, sin duda, es una alerta enorme que las candidatas de Morena y el FAM digan que tienen experiencia como servidor público y no hayan podido hacerse de un patrimonio propio; es increíble, o sea, de no creerse. Hasta la próxima entrega.