La adicción a la comida se compara con la de las drogas* Tenemos que comer para vivir


Por Víctor Sánchez

La adicción a la comida se compara muchas veces con la de las drogas. Tenemos que comer para vivir. Eso es un hecho básico. 
El término “adicción a la comida” es objeto de controversia, los síntomas que determinan la adicción no son iguales para todas las sustancias, como el alcohol .
Las sustancias no provocan adicción, es el cerebro. Entre las funciones del sistema límbico, donde ocurren los impulsos, y la corteza cerebral,  controla la actividad racional, radica la vulnerabilidad a las adicciones. 
Nos gusta comer alimentos que están bien preparados y presentados, y que tienen buen gusto. Para un adicto a la comida, su obsesión va más allá de disfrutar de una buena comida. La obsesión de comer, o mejor dicho consumir, se apodera de su vida. 


Los adictos a la comida se encuentran atrapados en una obsesión que no pueden controlar. Cuando no están comiendo, ellos están pensando en la próxima merienda, experimentando antojos para ciertos tipos de alimentos. 
No todos los adictos a la comida tienen bulimia, que se caracteriza por el consumo de grandes cantidades de comida y la eliminación de los alimentos por medio de vómitos o laxantes. Las personas con anorexia pueden ser adictas a la comida también, pero hacen todo lo posible para no comer. 
PERSISTENCIA A LA RESPUESTADefinió el coordinador de un equipo científico de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Rafael Maldonado López, el criterio de adicción a la comida basado en los criterios de adicción a drogas, en esa alteración del comportamiento. Consiste en persistencia a la respuesta, la insistencia en la búsqueda de comida, con una motivación enorme y consumo a pesar de sus consecuencias negativas. 
Al igual que las drogas adictivas, los alimentos muy apetecibles aumentan los niveles de producción de sustancias químicas del cerebro que crean la impresión de bienestar, como la dopamina. 
Una vez que las personas experimentan placer, asociado con el aumento de la dopamina en el circuito de recompensa del cerebro, al comer ciertos alimentos aparece la necesidad de comer más. 
Las personas que son adictas a los alimentos continúan a comer a pesar de las consecuencias negativas, como el aumento de peso o las relaciones dañadas. Igual, las personas que son adictas a las drogas o a los juegos de azar, las personas que son adictas a la comida tendrán problemas para detener su comportamiento, incluso si quieren o han intentado muchas veces para reducir el consumo de alimentos. 
ASOCIAN CIERTOS ALIMENTOSAlgunas personas que son adictas a la comida, comen porque asocian ciertos alimentos con el bienestar. 
Crecemos asociando la comida con las celebraciones y ocasiones especiales de todo tipo. Los niños pueden recibir comida especial como recompensa por una buena conducta. Los adultos pueden elegir alimentos especiales para tratarse a sí mismos por diversas razones.
Una persona que se siente deprimida o estresada consuma alimentos que contienen altas cantidades de azúcar, grasa o sal debido al efecto que estos ingredientes tienen sobre el cerebro, para sentirse mejor. Estos alimentos actúan de la misma manera como las endorfinas, y el adicto a la comida experimenta una especie de euforia después de comer. 
Después de que el efecto ha desaparecido, la persona se siente culpable y más deprimida. Para sentirse mejor, necesita comer otra vez, y el ciclo se repite.
CONSECUENCIAS NEGATIVAS PARA LA SALUDUn problema con la adicción a la comida puede ayudar el desarrollo de numerosas consecuencias negativas para la salud, incluyendo: Artritis, Dolor crónico, Diabetes, Enfermedad del corazón, Hipertensión, Colesterol alto, Enfermedad renal.
Actualemente, especialistas en neurociencias y adicciones estudiaron las funciones del sistema límbico, aquel que regula las emociones, y en donde ocurren los impulsos, y analizaron la corteza cerebral que controla la actividad racional. 
Algunas de las alteraciones que produce son conductas asociadas a la adicción a los alimentos, por ejemplo la compulsividad, motivación y resistencia al castigo.
Científicos de la Universidad de Michigan estudiaron los síntomas de abstinencia que aquejan a las personas cuando dejan de consumir alimentos altamente procesados, como pasteles, papas fritas y pizza. 
Si bien existe un consenso sobre las características adictivas de drogas como el tabaco, alcohol u otras en el cerebro, la comparación con la comida es relativamente nueva. En el organismo, cuando se deja una droga de forma abrupta se puede experimentar ansiedad, dolores de cabeza, irritabilidad o depresión e insatisfacción.
¿Cuándo se deja la comida chatarra? Presentan cuadros de tristeza, irritabilidad, cansancio y antojos desmedidos, los cuales alcanzaron su punto máximo durante los dos a cinco días posteriores a la ingesta de comida chatarra. Los efectos de estos cuadros disminuyeron posterior a ese tiempo. 
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