En Tlalnepantla. Prado Vallejo, en manos del hampa.

Gabriel Castillo García

  • “¡Y la policía uniformada!”, bien rancias, desayunando, comiendo, descansando, leyendo una novela de amor o enclaustrados en su cuarteles.

Así los uniformados del Estado de México, protegen la seguridad de los miles de personas que pagan sus impuestos para que de ahí ellos cobren sus salarios. 

Señor gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, cuando usted deje su cargo, no solamente dejará en evidencia su reputación al no cumplir con su promesa de bajar el índice delictivo en los 125 municipios del Estado de México, sino que al igual que “la rata” de Enrique Peña Nieto, dejan la reputación del Partido Revolucionario Institucional, PRI, por los suelos.

Esta imagen desde luego, será motivo para que los habitantes busquen el refugio de representantes del partido en el poder que están peor que usted, pero aprovecharán la oferta para “gobernar”.

“¡Cuidado usuarios de taxis!”, existe una banda de hampones que se dedican a “prestar sus servicios como taxistas con base en el municipio de Naucalpan”, pero son auténticos asaltantes. Operan en las inmediaciones de los municipios de Naucalpan y Tlalnepantla. Usan vehículos compactos pintados de color naranja con negro.

Sus forman de operan son dos; la primera ofreciendo sus servicios a los pasajeros a los cuales de donde los abordan a su destino los asaltan. La otra es chocando sus unidades con autos de lujo, de esa forma obligan al conductor a bajar de la unidad y proceden a asaltarlo.

Esta mañana, una de esas ratas persiguió a uno de mis hijos en la colonia Prado  Vallejo,  en la portezuela del lado del conductor lleva la siguiente numeración A-552-IME, con base en el municipio de Naucalpan, pero en el auto no dice en que parte de la alcaldía se encuentra establecida la base, tampoco trae un número telefónico como es común en otras unidades.

 Señor gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, desconocemos los motivos que tenga para no cumplir, hasta el momento, con su falsa promesa de brindar seguridad a los habitantes. En el fraccionamiento Prado Vallejo, diariamente y a toda hora se cometen asaltos en la vía pública, saqueos de casas, robos de autos y no hay poder humano que frene esta ola de violencia.

Señor gobernador, si le hace falta personal para vigilar los 125 municipios del Estado de México, ponga fin a los contratos firmados con el gobierno federal para que los elementos que se encargan de vigilar la entrada y salida de personas en las diferentes dependencias federales y que pertenecen a la Policía Estatal, regresen a sus actividades. Por eso los habitantes de los 125 municipios pagan impuestos para tener seguridad.

Por otro lado, el alcalde reelecto de MORENA, en Tlalnepantla, Raciel Pérez Cruz, se pasa por el arca del triunfo las quejas de los habitantes del fraccionamiento en el sentido de que haya vigilancia. Existe una caseta de vigilancia, pero son policías auxiliares que “no rebuznan porque no se saben la tonada”.

 Los “guardianes auxiliares”, carecen de armas de fuego para enfrentar a la delincuencia, son dos o tres policías, el vehículo que tienen fue donado por los mismos habitantes. Pero eso sí, del dinero que recolectan los policías “por la vigilancia” a los inmuebles, deben entregar fuertes cantidades del mismo a sus altos mando ubicado en la colonia Santa Rosa.

 Prado Vallejo, se ha convertido en una “tierra sin ley, donde los que dominan y mandan son los hampones”.

SON TAXISTAS DE ALGUNO SITIO O PIRATAS.

Por otra parte, a través de este medio de comunicación habitantes del fraccionamiento Prado Vallejo, piden al gobernador se abra una investigación para saber si estos delincuentes pertenecen a alguna agrupación o asociación de taxistas con base en el municipio de Naucalpan.

De ser así, se proceda legalmente contra ellos y se envíen a la cárcel al igual que los líderes de transportistas que los protejan a cambio de recibir alguna gratificación.

La vida en el Estado de México, es peor o igual a radicar en la línea fronteriza con los Estados Unidos, allá son las organizaciones criminales, aquí son las organizaciones criminales, los uniformados que andan “cazando” a sus víctimas y los delincuentes comunes que en la mayoría de los casos son protegidos por algunos uniformados deshonestos.