En la cultura, el problema no son los grupos, sino la calidad

Patricia Hernández

La vida en Rosa

Por Nidia Sánchez.

En Veracruz todavía no hay eventos presenciales de cultura, se hacen reuniones de forma virtual. El punto a destacar, menciona la escritora Patricia Hernández, quien radica en el puerto de Veracruz, es la proliferación de grupos literarios a los que falta calidad y formación.

Contundente en este señalamiento, Patricia Hernández, originaria de Minatitlán (Veracruz), donde promovió el Primer Encuentro Internacional de Escritores, precisa que esta situación es lo que preocupa porque el gran público no sabe diferenciar.

Hace falta unión y honestidad, que los grupos tengan compromiso, lo peligroso es que entreguen un trabajo literario deficiente y lo que se quiere es tener nuevas propuestas.

En este contexto, la ausencia de un trabajo digno se nota para los que saben diferenciar, y, por otra parte, hay una mezcla entre quienes escriben y otros que lo hacen al vapor. “Quiero que el joven tenga personalidad literaria, su propio estilo”.

Patricia Hernández se ha desempeñado en la promoción literaria en el puerto de Veracruz, donde tiene veinticinco años radicando, siendo invitada a lecturas, presentación de libros y elaboración de prólogos como el Catálogo de Artistas Plásticos (2001).

Nuestra narradora y ensayista es miembro de la Academia de Extensión Universitaria y Difusión de la Cultura de la FES Zaragoza de la UNAM. Los textos de la escritora Patricia Hernández se encuentran en antologías de narrativa publicadas por la FES de la Universidad Nacional Autónoma de México “Cuentos Húmedos y Otras Historias”; “Narrativa en Miscelánea I,II,III”; “Todas las Manos” editada por la UNEAC (Cuba); “Huellas” y “Navío de Poetas” (Colombia).

Al abordar la vida cultural en el puerto, hizo mención especial de Jaime Velázquez como un hombre reconocido en las letras con un proyecto cultural importante en el que ha instruido a Úrsula Ramos, quien es actualmente tallerista, a Ramón Olivares, quien tiene la revista “Poetas Sin Fronteras”, Humberto Hernández Gálvez, tallerista, así como a muchas otras personas valiosas que a su vez ofrecen su talento para formar a otros.

Para Patricia Hernández la calidad de lo que se escribe debe cuidarse, así como la elección de la editorial que estará a cargo de la publicación, sea una antología o la obra completa de un escritor.

La penosa verdad es que se filtran en este ambiente quienes lo que hacen es cortar y pegar (el trabajo de otros) por eso es importante registrar la obra para no ser víctima de plagio.

En ese sentido, confiesa que ha sido testigo de una persona en Veracruz ha ofreciendo un servicio editorial, vende lo que nunca cumple, y eso también representa un problema, porque hay quienes creen en todo lo que promete, pagando servicios inexistentes.

Al respecto, lamentó que una persona así pueda empañar el trabajo de editoriales serias que sí hacen un buen trabajo, y provocan que los nacientes escritores perseguidos con promesas de un lanzamiento de película, pierdan su inversión, entre otras cosas.

Otro tema del que habló brevemente fueron los concursos literarios y el jurado, donde el problema no está entre quienes concursan sino en quiénes integran el jurado. Otorgar un premio es delicado.

Patricia, quien ha participado en encuentros culturales y Ferias de Libros en Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz, y otros eventos internacionales, sabe que en este tiempo no todos los escritores la están pasando bien, algunos han fallecido. Otros han aprovechado para escribir, sin extrañar la vida en la calle.

En este panorama el grupo Escritores del Golfo -del que es Secretaria Enlace- expresa que llevó a cabo el año pasado su evento anual a través de un enlace a distancia y lo mismo puede ocurrir para este año.

Afirma que uno de los goces del escritor es la presentación del libro y las firmas dedicadas a los lectores, aunque en estos tiempos a pesar de añorar lo presencial, solo se puede hacer virtual, por lo que es necesario reinventarnos  porque como dijo un amigo, la tecnología llegó para quedarse-.