Beatriz Paredes, ¿la opción?

Octavio Campos Ortiz

La sola pretensión de Beatriz Paredes de buscar la candidatura a la Presidencia de la República para el 2024, cambió la conversación pública y le rompió el saque al tabasqueño, acostumbrado a marcar agenda e imponer la narrativa de su proyecto político. Hasta ahora le había funcionado la estrategia de adelantar el proceso sucesorio a la mitad del sexenio y “destapar” a sus “corcholatas”, movimiento que dejó impávida a la oposición, quien no supo cómo contrarrestar el adelantado juego de la silla.

Durante meses, y a pesar de las reiteradas violaciones a la ley, los tres señalados por el gran dedo elector se placearon a lo largo y ancho del país a la menor provocación, el tema era lo de menos, aunque si era para promover a candidatos de la 4T mucho mejor. Nada los obstaculizaba, ante una paralizada oposición, que no atinaba a responder a la provocación. Las casas encuestadoras ya daban por descontado el triunfo cuatroteísta, cualquiera que fuera el ungido; los nombres opositores parecían meras comparsas. La 4T iba en caballo de hacienda con sus “corcholatas”, presuntos delincuentes electorales, que avanzaban como en tablero de ajedrez tras la posible capitulación priista en el EDOMEX.

Pero, en los últimos días hizo su aparición pública la ex presidenta del PRI, ex legisladora, ex funcionaria pública, ex embajadora y ex gobernadora, Beatriz Paredes, y los “morenos” ya no sintieron tan seguro el avance hacia el 2024. La sola mención de su nombre como posibilidad opositora despertó el interés del ciudadano y del círculo rojo del gobierno. Los positivos comentarios de los analistas inquietaron a la cúpula o gerencia de Morena. Estaban acostumbrados a barrer en los sondeos de opinión a los medianos precandidatos de otros partidos que no despertaban ningún interés.

Ahora hay un nombre de peso. Tiene mayor experiencia política que cualquiera de las “corcholatas”, mejor recurso retórico, innegable ventaja en las lides parlamentarias, ha sabido ganar elecciones, tiene más preparación política y académica -a pesar de los doctorados-, e indiscutiblemente es la más cercana a la gente.

Ella ha declarado que está preparada para asumir el reto de participar en la contienda electoral. Ahora vienen los “asegunes”.

La adormilada oposición, corta de metas, se ha empantanado en la elección de gobernador en el EDOMEX. Nuevamente, con vilaciones el marco legal, la 4T se apresuró a simular un cargo de promoción partidista para apuntalar a su delfina antes de que arranque formalmente el proceso comicial, cuerpeada por las “corcholatas”. Mientras tanto, a los aliancistas les dio un albazo el dirigente del PAN y destapó a su “corcholata”, el ex edil de Huixquilucan, Enrique Vargas, quien tiene años en la búsqueda de la gubernatura, cuando se supone que debe ser una mujer la que enfrente a la “maistra” Delfina. Ese es el problema mayor de los opositores, sus ambiciones persona, que impiden la concreción de un verdadero frente. Si se unieran PRI, PAN, PRD y MC, sin dificultad derrotarían al grupo Texcoco, pero puede más la soberbia, la ambición de poder y la pequeñez de mira, no tienen visión de Estado.

Por eso, Beatriz Paredes puede ser ese elemento aglutinador que posibilite mantener la gubernatura del EDOMEX y presentar una pelea seria rumbo al 2024. Su sola presencia inquietó a los morenistas y aunque todavía no hay nada formalizado, puede ser una gran candidata presidencial.

Corresponderá a los aliancistas retomar el camino de la unidad, redefinir objetivos, metas y estrategia para enfrentar a la 4T, más allá de intereses partidistas, sin madruguetes y anteponiendo el interés de la nación. Ojalá que el pronunciamiento de Beatriz Paredes no sea flor de un día, que la tomen en serio los aliancistas y avancen en la creación de un verdadero frente opositor. Hace casi cuarenta años los franceses acuñaron el término cohabitar para definir a gobiernos formados con personajes de diversos partidos. Un cambio histórico está por darse en México, no desperdiciemos la oportunidad.