Agente de la FGR amenazante y peligrosa


HUGO OLIVO


En la colonia Bosques de Moctezuma, ubicada en Naucalpan, Estado de México, hay una mujer que por su trabajo que desempeña como agente de investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), siente que todo mundo le va a rendir homenajes y total respeto.
Nadie se salva de su duro carácter, posiblemente adquirido por su constante trato con infractores de la ley, o quizá por su cercanía al Fiscal Alejandro Gertz Manero.
El caso es que la prepotente mujer policía, identificada como Grecia Gutiérrez Ledesma, es buena para mentar madres y amenazar a quienes se le ponen en el camino. La mujer es el miedo andando en la colonia Bosques de Moctezuma.
Con el poder de su “charola”, pretende apoderarse de un inmueble ubicado sobre la calle cerro de Huitzilihuitl Lote 2 Manzana 6 esquina vía López Mateos, en el municipio de Naucalpan.
“Háganle como quieran, yo tengo más huevos que un pinche juez”, dice sin recato, alzando la voz para que todo mundo le escuche.
Y aquí viene la interrogante: ¿Será real que la Fiscalía General de la República (FGR) le da cabida a un ser inhumano en sus filas?
¿Será que la agente Grecia Gutiérrez Ledesma percibe un miserable sueldo del Gobierno Federal como para demostrar su ambición y su hambre soñando con tener una casa sin acumular un ahorro?
Eso lo viene demostrando a lo largo de varios años, en los que ha intentado despojar de su casa a uno de sus parientes que le brindó su ayuda cuando era una niña.
La agente federal Grecia Gutiérrez Ledesma no da miedo, por el contrario, da lástima, y ojala sus mandos superiores la conminen a ponerse a ahorrar para tramitar una vivienda que con orgullo presuma como algo ganado con su propio esfuerzo.
La altanera agente demostró ayer que el mundo le queda chico, y confrontó a la policía y a la Notificadora Mariana Gabriela Barrientos Campos adscrita al juzgado que lleva el caso, para proceder a un desalojo del mencionado inmueble.
Como buena representante de los rudos, Grecia Gutiérrez se metió a la casa, advirtiendo a las autoridades que iba a demostrar a su tiempo que el poderío de la Fiscalía General de la República iba a caer sobre sus detractores.
Las amenazas de siempre, por lo que la Notificadora Gabriela Barrientos, tomó fe de los hechos y se retiró escoltada por la policía municipal.