A DIEZ AÑOS DE LA DESAPARICIÓN DE RAFAEL ESPINOSA GUTIÉRREZ 

“No sabemos por qué, 

ni quien fue”

Por Nidia Sánchez

Aquella madrugada del 15 de agosto de 2013, su esposa fue testigo desde la ventana de su casa en Xalapa, capital de Veracruz, de cómo dos hombres y una mujer perpetraron la desaparición de Rafael Espinosa Gutiérrez, quien se desempeñaba como secretario de estudio y cuenta en el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de Veracruz, cuando tenía entonces 37 años de edad, en medio de un proceso electoral en el que no había un horario de trabajo, sino jornadas extenuantes.   

Se han cumplido diez años de la desaparición de Rafael, y su esposa Carla Valeria Espinosa narra con detalle lo que ocurrió durante las últimas horas que estuvo con la familia, además, lo que pudo ver y escuchar aquella madrugada cuando el tiempo se quedó suspendido:

“Los niños todavía estaban de vacaciones, todo marcha con normalidad, teníamos la costumbre de viajar cada fin de semana a la playa porque a Rafael y a los niños les encantaba. Era consciente del proceso electoral y que era difícil despegarse del trabajo. Ese día, en que se lo llevaron, me dejó en el centro porque a los niños les habían encargado dos libros de la lista de útiles, dijo: – Me voy al trabajo, regresas en taxi. 

“Este hecho ocurrió fuera de nuestro domicilio, en ese tiempo había elecciones tanto para diputados como para presidentes municipales, por esa razón Rafael no tenía horario de salida, él podía salir a las diez de la noche o a las tres de la mañana, por la carga de trabajo porque en materia electoral todos los días eran hábiles para recursos o términos, él como secretario de estudio y cuenta lo sabía”.

“Eran aproximadamente entre 12:30 pm y 01:00 de la madrugada cuando él llega a nuestro domicilio, me percato cuando estaciona el carro, pero no escucho la llave con la que abre el portón, a esa hora cualquier ruido se nota. Me asomo a la ventana y veo que el carro se está yendo de nuevo, pero antes de eso, escucho como si alguien corriera, fue también por eso que me asomé, veo que el auto se va. Exactamente donde vivimos empieza a descender la calle, se me hizo raro, pero como trabajé un tiempo en el TEPJ, sé que las jornadas son exhaustas, lo que pensé es que le habían llamado por algún término y se tuvo que regresar”. 

“Abriendo la ventana veo su carro estacionado exactamente a tres casas de donde vivimos, con las puertas abiertas, pero él parado del lado del copiloto, y una persona empujándolo hacia adentro, no podía con él porque mi esposo Rafael mide 1.72 metros y además es corpulento, así que difícilmente lo podían someter, quiero ver quién es o qué pasa, cuando corre una persona que venía de casas atrás de la de nosotros, entiendo que se dan cuenta de que no podían someterlo, volteo porque oigo el grito de una mujer alertándolos: ¡ey, , ey!; yo me imagino que ella me vio en la ventana, cuando volteo lo único que recuerdo es que es un carro de faros redondos, entiendo que es un modelo viejo como los vochos. Bajé corriendo para decirle a mi papá que se están llevando a Rafael, cuando salimos se lo habían llevado en su propio automóvil Malibú, blanco, con quemacocos”. 

“Mi papá me dice: ¿No estarías soñando?, -No, yo lo vi. Hablé rápido al Tribunal y sus compañeros afirman que tenía 20 minutos de haber salido, coincidía el tiempo del Tribunal Electoral a la casa, vuelvo a marcar con el secretario de acuerdos, le informo lo que sucede, y responde, ahorita le llamamos a su jefe directo el magistrado José Lorenzo Álvarez Montero. Le llaman y lo único que hacen es decirme trasládate al Ministerio Público y denuncia, salgo en taxi y me voy al MP, pero resulta que no hay nadie que reciba la denuncia y el policía de guardia me dice que regrese a las 9:00 de la mañana para levantar el acta, así lo hice”.

“Poco después de la desaparición de Rafael, secuestran a un niño en Xalapa, resultó que el teléfono con el que piden el rescate dio el domicilio de nosotros, entonces existe la presunción, presumimos que esas personas que secuestraron al niño fueron también los que se llevaron a Rafael”. 

“Nos dedicamos a buscar y buscar a mi esposo. Es en el mes de diciembre que se encuentra su vehículo Malibú en la carretera Soyacuautla-Las Cuatas, municipio de Actopan, Veracruz, estaba totalmente calcinado, el carro es hallado por buscar al niño, por eso suponemos que los que se habían llevado al menor también se llevaron a Rafael. Al niño lo encontraron con vida, entonces ahí existe una relación de las personas porque también en este secuestro del niño, él menciona a dos hombres y una mujer, y yo también vi a dos hombres y la voz que gritaba la madrugada que se llevaron a Rafael era de una mujer, de ahí partimos que ellos hayan sido de la delincuencia organizada y hayan tenido esas encomiendas”. 

“De la Dirección General de Servicios Periciales me dieron el resultado que dentro del automóvil Malibú no encontraron ADN, pero en aquel entonces no había la tecnología ni los recursos para que lo hicieran, pero dije ese es su resultado y lo voy a respetar porque yo no puedo hacer otra cosa más”.

“Rafael tenía tres teléfonos, uno dio como ubicación la carretera a Naolinco, el segundo exactamente Actopan, de otro decían que daba hacia el Agrocentro, la carretera a Veracruz, pero realmente nunca se encontró de forma física ningún teléfono, la sábana de llamadas es lo que arrojaba, lugares distintos. Nunca hubo una llamada para pedir rescate”.  

“Pasó el tiempo y lo único que logramos es investigar los nombres de las personas involucradas en el secuestro del niño, que son José Antonio Domínguez, quien era el principal operador, que tiene antecedentes penales, Daniel Alejandro, que está desaparecido y hay denuncia, además, Verónica López, quienes vivían por Soyacuautla en la congregación Las Cuatas, Actopan”. 

“Se hizo una diligencia pericial, una inspección en el domicilio donde encontraron al niño y no se halló nada sobre Rafael, a partir de ahí lo único que hay es órdenes de aprehensión giradas contra José Antonio Domínguez, Verónica López por el secuestro del niño, sobre Daniel Alejandro se busca como desaparecido, entonces prácticamente no tenemos nada”.

“Por parte de la FGR también se han dedicado a buscar a José Antonio Domínguez, y los agentes se han trasladado a puntos donde arroja la investigación que pudo haber estado como Cancún y se lanzará una alerta solicitando el apoyo de otro país para su localización”.

“De Verónica López no se sabe nada. Hay una persona detenida en el Cereso de Pacho Viejo (Veracruz), por el secuestro del niño, porque al menor cuando lo interrogan le ponen a la vista a dos personas quienes se presume que lo cuidaron y uno de los que participó era conocido de la madre de la víctima, creemos que el niño no veía la maldad, tal vez nunca supo que estaba secuestrado. Daniel Alejandro era amigo de su mamá”. 

“Al menor se lo llevan a Actopan, y cuando lo rescatan, por este caso, vinculan a proceso a dos personas y el menor señala a una, que es la señora Elvia, condenada a 25 años de prisión. Nosotros cuando nos enteramos nos entrevistamos con ella para saber sobre el paradero de Rafael si estaba o no con vida, si sabía algo, lo que queremos es encontrarlo, no busco culpables. Elvia dijo que nunca había visto a Rafael, le pusimos a la vista las fotografías de él y el coche, lo único que reconoció fue automóvil Malibú, dijo: -Ese carro estuvo frente a mi tienda; sobre lo demás, hasta la fecha niega su participación en el secuestro; recuerda el carro porque a su sobrino José Antonio le dijo por favor muévelo de ahí porque me tapas la visibilidad para mi negocio; acepta que el niño iba a su tienda a comprar, y dice que no se les hacía raro porque les decía tíos”.

“El niño dijo que por allá lo llevaron, cerca de un lugar de juegos, y que lo traían en un carro como el de mi esposo, y es por eso que andamos realizando diligencias por los lugares que el niño mencionó y a nosotros nos enviaron la información porque hallan el auto Malibú, blanco, con quemacocos, calcinado a un kilómetro de donde rescataron al niño que estaba en una construcción”. 

“Hasta la fecha lo único que hemos podido hacer es abocarnos a las búsquedas con el Colectivo Familias Enlaces Xalapa, búsquedas en campo, en Semefos, en Ceresos, centros psiquiátricos”. 

“En la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz el caso de Rafael Espinosa Gutiérrez radica con el número 091/2013; en la Fiscalía General de la República (FGR) como AP/PGR/SEHDSC/UEBPD/M15/253/2014 Mesa 28; en la SEIDO como AP/PGR/SEIDO 021/2017, hemos podido caminar un poco más en la FGR porque nos han dado el apoyo de búsquedas en lugares de Actopan, es un municipio extenso, a estas alturas después de diez años, presumimos que posiblemente ya no esté con vida”.

“Desgraciadamente nosotros hemos tenido que ir investigando, tomando información de aquí y allá para entregarla a la FGE como a la FGR con el fin de que por lo menos tengan idea de dónde buscar, porque ese es el problema aquí, vamos a levantar todo Actopan y posiblemente ni esté ahí, basándose en que ahí encontraron el auto Malibú, comenzando por ese radio”. 

“Realmente las diligencias que posteriormente se empiezan a hacer es en campo a ver si encontramos algún indicio, porque es del dominio público cuántas fosas clandestinas se han encontrado en Veracruz y también hacemos diligencias en otros estados como en Tijuana, Guadalajara o donde nos permiten el acceso para ver si llegamos a encontrarlos en algún Cereso, en algún centro psiquiátrico, en hospitales, en los Semefos, lo que hacemos es buscar en los archivos de las personas que tienen con fotografía pero que no tienen identificación, que no se sabe quién es, todo eso pasamos revisando porque ahí podemos encontrar a alguien que coincida con las características. Él tenía un lunar en la mejilla del lado izquierdo y una cicatriz en su labio inferior del lado derecho es lo más visible en el rostro”.

“Lo único que puedo pensar es que fue por el trabajo o que se peleó con alguien muy malo para que le hayan hecho eso, ya que no tenía enemistades, era tranquilo. Los compañeros de su trabajo que fueron a declarar dijeron que era amigable”.

“Sí he considerado ese punto del trabajo, que por eso se lo hayan llevado, por su empleo como proyectista, pero quien firmaba esa resolución a favor del partido político que sea, los responsables son los magistrados, trabajaba con el magistrado José Lorenzo Álvarez Montero, y Rafael no tenía el poder de decidir, a él le turnaban un expediente y el realizaba el proyecto pasaba a revisión si daban el visto bueno o modificaba”.

“En Actopan en los ranchos hemos tenido que entrar por reportes que han hecho de manera anónima a través de la página de facebook “Colectivo Familias Enlaces Xalapa” o por el correo electrónico familiares.enlacesxalapa@gmail.com cuando nos indican que en el rancho tal oímos gritos y en el río tal vimos que arrojaban cuerpos en Actopan. Ese municipio es un punto viable para la delincuencia que se incrementó en los gobiernos de Fidel Herrera y Javier Duarte. Actopan tiene límites o conecta Costa Esmeralda. Actopan es una tierra caliente”. 

“A mí me ha ido muy mal en la carpeta de investigación de Rafael, una vez que la fiscal Clorinda Ferral Ferrando renunció resulta que se quedó casi tres años sin titular el Ministerio Público, llegó un encargado de despacho, con mucho que desear nada que hacer, se empieza a trabajar a partir de que llegó otra licenciada y con ella estamos haciendo más”.

“Le pido siempre a la sociedad que sea empática y a las personas que participaron en la desaparición de Rafael que se toquen el corazón, que nos digan dónde está, solo quiero encontrarlo, mis hijos viven un verdadero infierno emocional, psicológico, nos merecemos tranquilidad, sabemos que nos va a seguir doliendo. Vivo doblemente el dolor como madre y esposa, siendo ellos pequeños no me dio tiempo de llorar, era lo único que les quedaba, Rafael era el proveedor y nosotros dependíamos de él, vivíamos bien, luego, ni modo, a trabajar porque tienen que ir a la escuela y ahí vamos con nuestras carencias, no nos queremos ir de este mundo sin saber qué fue de él. Nunca dijo que hubiera recibido alguna amenaza, por eso nos seguimos preguntando: ¿Qué pasó?. No sabemos por qué, ni quién fue”.

“El sistema está rebasado, urgen más fiscales y policías ministeriales, queremos ir a una búsqueda y los grupos ya están ocupados, hay fiscales que ni tienen idea de tu carpeta, no podemos generalizar y atropellar a los que sí trabajan, pero no hay recursos, mano de obra para llevar a cabo proyectos, una diligencia, no hay tiempo, los cargan de trabajo, del expediente de mi esposo son más de 23 tomos”.